Hoy voy a comentar una noticia que también
tiene relación con lo que planteo en mis libros (enlace aquí). Se trata de una
noticia que he visto publicada esta semana en varios medios. Ottmar Hitzfeld,
un personaje importante en el mundo del fútbol, ha hecho unas declaraciones a
una revista alemana en las que dice, literalmente: “El Bayern de Munich tiene
que tener cuidado en no fichar demasiados jugadores extranjeros”. Y también:
“Los bávaros tienen que tener cuidado de que el alemán siga siendo el idioma
principal y que no empiece a hablarse sólo en español”. Declaraciones que me
parecen sorprendentes, por un lado, examinando la situación real en el club, y
por otro, examinando el curriculum de este personaje.
De modo que examinemos, en primer lugar, los
peligros que acechan al vestuario del Bayern. Hace ya dos años que el
entrenador “español” Josep Guardiola se hizo cargo del equipo. Lo de las
comillas rodeando la palabra español, especialmente en estos días, es muy
oportuno, ya que Guardiola va a ser candidato a las elecciones catalanas por
una formación independentista. En cualquier caso, desde el día de su
presentación como entrenador, Guardiola se ha dirigido a los medios en alemán,
y es de suponer que lo haga así habitualmente con la mayoría de su plantilla. A
día de hoy, tras dos temporadas completas en su puesto, el Bayern de Munich
tiene en plantilla únicamente a 4 jugadores españoles, y un chileno –que en su
día pasó 4 años en Alemania-. En el otro lado, tenemos a 12 jugadores alemanes,
y a varios vecinos: un austríaco –cuyo idioma es el alemán-, un holandés y un
polaco –que llevan 6 y 5 años en Alemania, respectivamente, y lo normal es que
ya conozcan la lengua-. De modo que la diferencia es tan apabullante, que
cuesta creer que alguien en su sano juicio pueda temer que en el vestuario del
Bayern “empiece a hablarse sólo en español”.
Sobre esto del juicio, habría que detenerse
un poco en Hitzfeld, que es un nombre que quizá suene sólo a algunos. Este
señor nació en Alemania, aunque en una localidad fronteriza con Suiza. Por
ello, desarrolló su carrera como futbolista en ambos países; jugó tres años en
el Stuttgart alemán, y el resto -13 años- en Suiza, donde fue dos veces campeón
de liga. La mayoría de ese tiempo en Suiza jugó en equipos de la zona alemana,
aunque también lo hizo un par de años en la zona italiana –en Lugano, la ciudad
más poblada de dicha zona-. Como entrenador, su experiencia ha sido algo
diferente: trabajó con equipos suizos los primeros años, pero luego pasó 14
años entrenando a los dos principales equipos alemanes, Borussia Dortmund y
Bayern de Munich, entre los que repartió sus títulos: dos Bundesligas, una
Champions y una intercontinental con el Borussia, y cinco Bundesligas, una
Champions y una intercontinental con el Bayern. Un curriculum ciertamente
brillante, al que hay que unir su última etapa de seis años como seleccionador
de Suiza, en la que ha conseguido aumentar el prestigio de dicha selección. En
vista de sus declaraciones, me queda claro que su brillantez se limita a lo
futbolístico.
Puede admitirse que, como menciona en su
entrevista, el Bayern sea un club con cierta tradición. Pero lo que resulta
incuestionable es que su aspiración –como la de otra decena de clubes europeos-
es la de ser el mejor equipo del mundo. Y para ello, lo razonable es disponer
de los mejores jugadores –sean o no alemanes- y los mejores técnicos –a los que
aplica lo mismo-. Al menos, suaviza su comentario diciendo que tienen que tener
cuidado de no fichar “demasiados jugadores extranjeros”. Sin embargo, en vista
de su comentario es fácil pensar que él considera que los que están “ya son
demasiados”, y que la cosa ya se está saliendo de madre. Como decía antes, el
mundo es muy extenso y aparecen grandes jugadores procedentes de todos los
rincones. Pensar que un equipo que quiere ser referente a nivel mundial tenga
una gran mayoría de jugadores alemanes suena a algo de otros tiempos, que
muchos quieren olvidar.
Por otro lado, con el cuerpo técnico no
parece haber tanta preocupación, ya que Guardiola ha llegado acompañado por
cuatro ayudantes. Los cuatro son también catalanes, lo cual ya muestra cierta
ignorancia en este señor al temer que en el vestuario se hable español, ya que
la lengua habitual de estos cuatro técnicos será muy probablemente el catalán
–lengua que no conocen ni Xabi Alonso, ni Javi Martínez, ni Arturo Vidal, tres
de los cinco jugadores hispanoparlantes-. Además, lo de los entrenadores
extranjeros no es algo de ahora: en toda la historia del club ha habido 51
entrenadores, 25 de los cuales no han sido alemanes. Es decir, justamente la
mitad. Parece que el director de orquesta no les importa tanto, mientras los
músicos sean nacionales.
En fin, el motivo de este artículo ha sido mi
sorpresa al comprobar la falta de perspectiva de un hombre que durante toda su
vida ha viajado por todo el mundo, ha tenido un éxito incuestionable y supongo
que tampoco presenta síntomas de senilidad –tiene ahora 66 años-. Sólo podría
entender que sus declaraciones vayan dirigidas a mover la silla del actual
técnico, tras sus discretos resultados –esta temporada sólo ha ganado la
Bundesliga, cayendo eliminado en semifinales de Champions ambas temporadas-.
Hitzfeld es el entrenador con el que el Bayern Munich ha ganado más títulos en
toda su historia, de modo que es lógico que tenga canales más directos de
acceso al club. Quizá esta entrevista sea una forma de hacerse el interesante,
y de mostrarse –sea real o no- identificado con el sentimiento del aficionado
medio del Bayern. El tiempo dirá si le veremos pronto dirigiendo de nuevo a su
ex equipo.
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