jueves, 31 de octubre de 2013

Las noticias de actualidad y los libros



Después de varios meses de silencio vuelve la actividad a este blog, dedicado a comentar noticias de actualidad que tienen algún tipo de relación con mi libro, Las aristas borrosas del éxito (enlace aquí).

Lo cierto es que los medios de comunicación proporcionan multitud de noticias de actualidad que pueden tener relación con lo tratado en el libro. Algunas materias afines, que todos podemos identificar en las noticias casi cada día, pueden ser: tráfico de influencias por parte de cargos políticos, imperios empresariales llevados a la ruina debido a una mala gestión, grupos de poder capaces de ejercer influencia sobre procesos económicos aparentemente ajenos a ellos…

Sin embargo, hoy no voy a comentar ninguna noticia concreta de la actualidad –a pesar de que abundan los ejemplos, como he indicado- sino que voy a hacer referencia a todas ellas en conjunto. Es decir, lo que me interesa hoy es resaltar la amalgama de situaciones que pasan por delante de nuestros ojos cuando echamos un vistazo a la portada de algún medio electrónico de comunicación, y los –posibles- sentimientos que pueden despertar en el lector. Mi idea es que, en el fondo, nuestras percepciones y sentimientos son parecidos a lo que se experimenta al leer un libro, sólo que con éste, al dedicarle más tiempo, nos podemos recrear más en nuestras sensaciones, y por ello los libros suelen dejar recuerdos más duraderos. La lectura de las noticias se ha convertido para mucha gente en una especie de producto de consumo diario, que se puede digerir con suma facilidad, por ejemplo, mientras uno se desplaza al trabajo utilizando un medio de transporte público. Aunque no siempre es así: también hay quienes dedican cierto tiempo a leer con calma ciertas noticias que, por cualquier motivo, les evocan algún tipo de sentimiento e incluso les llevan a una reflexión posterior.

Podemos comenzar por un primer tipo, a menudo el más morboso, formado por noticias de alto impacto negativo ocurridas en cualquier parte del mundo. Se trata de catástrofes naturales, accidentes de transporte, atentados terroristas, crímenes obra de algún perturbado o de grupos organizados… Noticias que, por un lado, pueden producir sentimientos de compasión, solidaridad con las víctimas, irritación por que se detecten indicios de negligencia o mala intención… O, por otro lado, sentimientos de oculta satisfacción por el hecho de que todas esas calamidades sean ajenas al ámbito del lector. En ocasiones, es inevitable comparar: si aquí no ocurren esas desgracias, en el fondo, estamos mejor que en todos esos lugares. Como indicaba antes, es algo parecido a lo que se puede sentir cuando vemos que los personajes de nuestra novela se encuentran ante graves dificultades: en parte, nos podemos solidarizar con ellos y contagiarnos de su tensión, pero en el fondo sabemos que estamos tranquilamente sentados mientras leemos las tribulaciones que padecen. Sentimos que a nosotros no nos puede ocurrir nada de eso… aunque a veces sí.

A continuación podemos nombrar otro grupo de noticias que, por sus características, suelen resultar más cercanas a un lector, digamos, promedio. Y que, debido a esta cercanía, pueden despertar sentimientos más vivos, y reflexiones más duraderas. Entre ellas, cómo no, las relativas a la situación política y económica en la ciudad, la región o el país del lector –en otras regiones del mundo, entiendo que hay mayor desconexión, como en el primer tipo de noticias-. Por ejemplo, la coyuntura económica actual, y las confrontaciones entre partidos políticos de orientaciones opuestas, suelen estar siempre presentes en los medios de comunicación. En nuestro contexto concreto, las noticias referentes a la corrupción y los múltiples procesos judiciales asociados a ella tienen sitio reservado en los medios prácticamente a diario. Claro está, estas noticias suelen desatar la indignación de la mayoría de los lectores. Más aún si la situación económica personal no es precisamente boyante, como le ocurre a mucha gente. En el paralelismo con los libros, podríamos decir que algo parecido nos ocurre cuando vemos reflejado en algún personaje una situación que hemos sufrido nosotros mismos, especialmente cuando vemos que está cometiendo un error que también nosotros cometimos en su día. O cuando es víctima de alguna injusticia frente a la que no puede hacer nada. En estos casos, la conexión emocional se agudiza y el vínculo creado es más intenso.

Por último –y afortunadamente-, también hay noticias que simplemente nos entretienen, aunque puedan tener alguna ligera connotación para el que las lee. Es el caso, por ejemplo, de las noticias deportivas, o de crónica social, o culturales, o científicas. Son noticias que gusta leer, por afición, aunque el deportista o equipo al que se anime sufra una derrota -tanto más agradables si se trata de una victoria-. Del mismo modo, las noticias del corazón, en las que cotilleamos en la vida de personajes famosos, sus aventuras y desventuras, suponen un entretenimiento en el que no se da prácticamente ninguna implicación personal, ya que el lector medio no tiene una vida parecida a la de las estrellas de cine, o la realeza internacional. Igualmente, las noticias culturales o científicas suelen resultar agradables de leer, más allá de que puedan tener alguna connotación positiva o negativa –por ejemplo, el fallecimiento de algún destacado artista-. Este tipo de noticias tendrían su paralelismo con partes de los libros que sentimos como totalmente ajenas a nosotros, porque no nos recuerdan prácticamente ningún aspecto de nuestra vida. Y, de este modo, se suelen leer con un sentimiento más neutro, al no mediar habitualmente las emociones.

Sin duda, el hecho de establecer categorías tan generales como las anteriores hace que las mismas estén abiertas a muchas excepciones. Pero mi intención es más bien establecer un paralelismo entre nuestras sensaciones al leer un libro –actividad a la que algunos se dedican en sus momentos de mayor tranquilidad del día- y otra actividad mucho más banal, como suele ser informarse sobre las noticias diarias.

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